jueves, 20 de agosto de 2009

Relevan peces y aves en el Parque Nacional Pre Delta

Miércoles 19 de agosto de 2009

Río Paraná

Personal del Parque Nacional Pre Delta elaboró sendas guías de la fauna íctica y de aves de la reserva, con la intención de clasificar, estudiar e inventariar las especies que habitan esa zona protegida del sudoeste entrerriano.

José María Ramos

Télam

En su tramo inferior, el río Paraná se extiende desde la capital entrerriana, Paraná, hasta el Río De la Plata y origina un delta de características peculiares, único en el mundo que no desemboca en el mar.

Sobre la margen izquierda del colosal río, unos 10 kilómetros al sur de la ciudad de Diamante y a casi 50 de Paraná, se encuentra el bello Parque Nacional Pre Delta, reducto de una variada flora y fauna.

Cruzado por ríos, riachos y arroyos que corren a través de terrenos inundables y con gran cantidad de lagunas y anegadizos, el parque ofrece humedales como refugio, alimentación, reproducción y cría de una gran cantidad de peces y aves que frecuentan el lugar.

El trabajo de campo para la elaboración de la guía de los peces del Parque Nacional Pre Delta estuvo a cargo de la bióloga Liliana Ciotek y su esposo, el guardafauna Pablo Giorgis, mientras que la clasificación de las especies fue hecha por los especialistas de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata Adriana Edith Almirón y Jorge Rafael Casciotta.

Hermosos paisajes

En diálogo con Télam, Ciotek explicó que la recolección de peces que integran la guía se realiza durante todo el año para estudiar acabadamente su desarrollo, sin importar la lluvia, el frío o el calor.

“Nuestro trabajo genera un despertar de los sentidos y del espíritu, porque desarrollamos la tarea en un lugar de hermosos paisajes y en medio de un ambiente muy cambiante, sujeto a la fluctuación de las aguas del río Paraná”, explicó. La bióloga no ocultó su alegría “por haber encontrado tantas especies reproduciéndose y por saber que el parque sirve de refugio para la mayoría de las especies que pertenecen a la sub región icitiogeográfica brasílica”.

La guía de peces elaborada por Ciotek y su equipo registra un total de 141 especies que viven en el parque, algunas de gran valor ornamental en acuarios, otras muy buscadas para el consumo humano como surubíes y dorados, y rarezas como el manguruyú, un gigantesco pez que se creía extinto en la región.

El inventario de las aves fue elaborado por el guardaparques Julián Alonso con la finalidad de definir la composición de la avifauna del lugar y de actualizar y mejorar la información existente sobre los plumíferos que viven o visitan la región.

A través de un trabajo de campo que se prolongó por más de dos años, el investigador registró 240 especies de aves, de 13 órdenes y 48 familias, que representan aproximadamente el 70 por ciento de las aves de Entre Ríos y el 24 por ciento de las de la Argentina.

Alonso puso especial interés en la necesidad de proteger el bosque de barranca, escasamente representado en el parque Pre Delta, pero que alberga y alimenta a una amplia franja de aves dado que está en manos privadas y, en algunos sectores, sufre la tala para fines agrícolas, la invasión de especies exóticas, la extracción de leña o maderas duras y la presencia del ganado.



Fuente: www.ellitoral.com

Parque Nacional El Palmar

18-08-2009 | 07:34

Un sistema de caza controlada que brinda alimento a comedores comunitarios se realiza en el Parque Nacional El Palmar, en Entre Ríos, para combatir a la fauna exótica devenida en plaga, que pone en riesgo la existencia de esa reserva natural.


La actividad no es deportiva y apunta al jabalí y al ciervo axis, depredadores importados de Europa y Asia respectivamente, que habitan en el bosque de palmeras yatay de mayor tamaño y densidad existente.

El jabalí es el más dañino, ya que come los renovales de palmeras, lo que puede hacer desaparecer el parque, mientras el axis desplaza a especies autóctonas, como el ciervo de los pantanos o corzuela.

La cacería se realiza cuatro veces por mes, con fusil a la noche o de a caballo al amanecer, lejos de los senderos turísticos y fuera del horario de visitas.

La modalidad a caballo está reservada para campesinos humildes que no tienen las armas ni las municiones reglamentarias, por lo que utilizan una jauría de perros bravos que domina al jabalí, tras lo cual el gaucho termina la tarea con su facón.

Los participantes de estas actividades son pobladores locales, bajo coordinación de personal del Parque, al cual Télam acompañó en una jornada nocturna de caza con fusil.

El cazador debe cumplir una serie de requisitos legales y no puede llevarse la cabeza del animal, que en la caza deportiva es un trofeo, sino sólo la mitad del cuerpo eviscerado y desollado, mientras el otro medio va a comedores comunitarios de la zona.

En una jornada de sol que prometía una noche despejada, unos 25 lugareños se anotaron para la cacería, que cada uno realizaría desde uno de los 40 mangrullos construidos con este fin, ya que no se permite hacerlo de a pie.

Todos provenían de localidades cercanas, como Ubajay, Villa Elisa, Colón, Concepción del Uruguay y San José, y según los guardaparques no están en la franja económica de quienes ingresan a la mayoría de los exclusivos clubes de caza.

“Es gente de gente de clase media, y para ellos medio ciervo o jabalí por semana es, además del placer gastronómico, un buen aporte a la economía hogareña”, comentó uno de los guías oficiales.

Luego del sorteo de mangrullos, cada uno puso sus cebos -en general maíz- en el punto donde mejor blanco ofrecería el animal a la noche y, al caer el sol, se instaló en lo alto del apostadero.

Los guardaparques coordinaban todo en la seccional La Glorieta, unos seis kilómetros adentro desde el acceso por la ruta nacional 14, y allí recibían la información proveniente de los puestos de caza.

No se permite el uso de escopetas, sino sólo fusiles de gran calibre, cuyo estruendo se oía de ratos desde ese lugar y, si el cazador era certero, de inmediato llegaba el aviso de que alguien cobró una pieza y una camioneta partía hacia el apostadero para regresar con el hombre y su presa.

Personal de Parques pesa, mide y registra el animal y deja en manos del cazador la tarea de desollarlo, eviscerarlo y cortarlo en dos, lo que éste realiza al pie de un ciprés, de cuyas fuertes ramas cuelgan los cuerpos de sus patas traseras.

Si es un jabalí, se toman muestras de tejidos, para constatar en laboratorios oficiales si padece triquinosis, y mientras se espera el resultado, se lo guarda en frigorífico. Si la prueba da positivo, lo tiran a una fosa con cal viva, a la que también son destinadas las cabezas y vísceras de todas las presas.

La pieza más grande de la noche, una jabalí preñada de 72 kilogramos, la obtuvo Alberto Tereso, un camionero de Ubajay, a quien un compañero apoyó con su equipo de visión nocturna. El cazador contó a Télam que antes había cazado un macho de 140 kilos y un ciervo de 72 centímetros de cornamenta.

Marcelo Favri y Gustavo Scheffer llegaron juntos desde Villa Elisa y estuvieron en sendos mangrullos, desde los que cazaron un jabalí y un ciervo, con los fusiles suministrados por el primero, que tiene una armería, lo mismo que los cuchillos con que los desollaron.


Pablo llegó con un ciervo, que luego de registrarlo dejó para desollarlo después, y retornó rápido a su mangrullo para continuar la caza. “Toda mi vida cacé y desde que empezó la caza en el parque no me perdí una oportunidad”, declaró este joven de San José.

Con esta caza controlada se redujo casi a cero la depredación de retoños de yatay, que en las zonas de prueba llegaba al 78 por ciento en los últimos tres años y, a través de la municipalidad de Ubajay, se suministra alimento a comedores comunitarios a los que asisten numerosos niños en situación de pobreza.

Una evaluación positiva
El intendente del Parque Nacional El Palmar, Aristóbulo Maranta, afirmó que con la caza controlada, en tres años se redujo notablemente el impacto ambiental de especies exóticas en esta reserva, con recursos aportados por los cazadores, que el Estado no hubiera podido afrontar.

“Uno de los impactos más grandes era el del jabalí sobre la palmerita; se comía los retoños y al morir los más viejos y no haber retoños, la especie desaparece”, explicó a Télam.


Luego precisó que “en el primer año (2006) los técnicos científicos veían que los jabalíes predaban el 78 por ciento en las parcelas de control; en 2007 y 2008, no se comieron ninguna”.

El yatay “es muy vulnerable a la predación en sus primeros 10 ó 15 años, hasta que se convierte en un ‘renoval logrado’, y ése es el tiempo que dispone el jabalí para comérsela”, comentó.

Maranta hizo sobre la caza “una evaluación muy positiva, que es compartida por (Héctor) Espina, el presidente de la Administración de Parques Nacionales (APN) y los directores” del organismo.

En relación a los gastos, señaló que “en las condiciones actuales, el Estado no estaba en condiciones de destinar los recursos, y los cazadores aportaron como un 70 por ciento del costo de la actividad. Sería bueno que todas las cosas se hicieran con ese grado de participación de la comunidad”.

“En 2008 –puntualizó- tuvimos como presupuesto operativo 500 mil pesos, más un millón y pico de sueldos y, según mis cálculos precarios, si hubiéramos debido pagar las horas-hombre empleadas en este plan, más materiales e insumos, el Parque debería haber puesto un millón de pesos por año, aunque quizás es una exageración”.

Respecto del ciervo axis, admitió que aunque resulte paradógico, desde que comenzó la caza hubo un aumento de su población, lo que puede estar relacionado con la disminución de jabalíes, que devoran sus crías.

Sobre la aparente contradicción de cazar en una reserva natural, aceptó que quizás el axis es un animal simpático y no es grato verlo cazado y desollado, aunque luego sea un plato exquisito y llegue a mesas de niños pobres, pero sostuvo que todo se hace dentro de los postulados de la APN.

“Lo que pasa –agregó- es que el enunciado por ley de nuestros parques, la defensa de la vida, se refiere al ecosistema, la flora y la fauna nativa, y la ley especifica que las especies exóticas tienen que ser eliminadas, tanto las animales como las vegetales”.

Al respecto, consideró que “en un sistema continental como el nuestro es imposible eliminar a todos los jabalíes y ciervos axis, por eso necesitamos mantenernos aliados con los cazadores y sostener el proyecto para siempre”.

Fuente: Por Gustavo Espeche, para Télam

lunes, 17 de agosto de 2009

Lanín: invertirán 5 millones de pesos

16.08.2009

San Martín de los Andes > El Parque Nacional Lanín encarará una nueva serie de obras destinadas a la atención del turismo en varios puntos de acceso al área natural protegida, por un monto total cercano a los 5 millones de pesos.
Se trata de siete nuevas construcciones incluidas en el Programa de Mejora de la Competitividad de la Secretaría de Turismo de la Nación, y que cuentan con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo.
La primera de ellas, que ya fue adjudicada por licitación pública a la empresa local Werefkin, comenzará a desarrollarse apenas lo permitan las condiciones climáticas en el área Bandurrias, a unos 2 kilómetros de la ciudad de San Martín de los Andes.
El presupuesto es de 876.932 pesos y tiene un plazo de ejecución de 1 año, este proyecto consta de tres etapas.
La primera obra es la construcción de un mirador (de estructura metálica entablonada de madera, de 100 m2 aproximadamente) y estacionamientos a la vera de la Ruta 48, en uno de los puntos panorámicos sobre la ciudad ubicado en una curva a 100 metros de la intersección con el camino de acceso a la seccional de guardaparques Bandurria.
La segunda es la revalorización del área recreativa diurna Bandurrias y la construcción de sanitarios públicos adaptados para el uso de personas con discapacidad, lo que incluye la realización de 17 unidades de fogones, el reordenamiento del espacio para uso vehicular y el acondicionamiento del mirador natural, frente a la seccional de guardaparques.
Y la tercera es el acondicionamiento del camino vehicular que se desprende de la Ruta 48 y atraviesa la ladera del cerro Curruhuinca hasta el ingreso a la comunidad mapuche.
Se desmontará la vegetación de menor porte en las áreas de circulación y perimetrales para obtener mayor amplitud de visuales; se optimizará el drenaje de las alcantarillas y se nivelará la calzada con relleno y retiro de piedras.
Además, se construirá un puente de madera de 5 metros de largo sobre el arroyo Bandurrias.
“Aún sin infraestructura receptiva, este sector del Parque forma parte de varios circuitos, tanto turísticos como recreativos y deportivos, dada su cercanía a la ciudad de San Martín de los Andes y su alto grado de belleza”, explicó el intendente del Parque Nacional Lanín, Salvador Vellido.
Además de la puesta en valor del sector Bandurrias, se encuentra próximo a licitarse la construcción de seis portadas de acceso al Lanín con un presupuesto oficial de 4.095.577 pesos.

Fuente: La Mañana Neuquén

miércoles, 12 de agosto de 2009

Los Gobiernos de México y los Estados Unidos acuerdan fortalecer y consolidar la cooperación para la conservación de la zona de el Carmen-Big Bend en

Martes, 11 de Agosto de 2009 | Comunicado

Comunicado 092/09
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
Ciudad de México


En el marco de la Cumbre de Líderes de América del Norte, celebrada en la ciudad de Guadalajara, México, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México (Semarnat) y el Departamento del Interior de los Estados Unidos (DOI), anunciaron hoy su compromiso de fortalecer y consolidar la conservación a lo largo de la frontera entre México y los EEUU.

El Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, Juan Rafael Elvira Quesada, y el Secretario del Departamento del Interior de los Estados Unidos, Ken Salazar, desarrollarán un plan para fortalecer la coordinación en la zona de El Carmen-Big Bend, en la frontera, e informarán en un plazo de seis meses a los Presidentes Felipe Calderón, de México y Barack Obama, de los Estados Unidos.


El plan aprovechará las áreas protegidas y los parques nacionales ya existentes en ambos lados de la frontera de la región de El Carmen y el Big Bend, sin afectar la legislación, la seguridad fronteriza y los derechos existentes en cada uno de los países.


“A partir de nuestro fructífero historial compartido en la conservación de especies y ecosistemas, el plan desarrollará un modelo de cooperación binacional para la conservación y disfrute de los ecosistemas compartidos, para la presente y futuras generaciones”, señaló el Secretario Salazar.


Con más de 431 kilómetros de río y un millón 321 mil hectáreas de parques y áreas protegidas adyacentes en ambos lados de la frontera, se beneficiarán con esta propuesta, aproximadamente el 14 por ciento del total de la frontera entre México y los Estados Unidos, y permitirá una mayor coordinación para su conservación.


El anuncio hecho por las dependencias marca el restablecimiento de un proceso bilateral para desarrollar, quizás una de las iniciativas de conservación más significativas consideradas hasta ahora por México y los Estados Unidos en la frontera, a la vez que toma en consideración la seguridad fronteriza.


Hace sesenta y cinco años, los Presidentes de México y los Estados Unidos intercambiaron misivas sobre el establecimiento del Parque Nacional Big Bend en los Estados Unidos, en las que expresaron su visión sobre la conservación de ecosistemas compartidos en ambos lados del Río Bravo del Norte en la región del Big Bend en Texas, Estados Unidos, y Chihuahua y Coahuila, en México.


México estableció posteriormente las áreas protegidas del Cañón de Santa Elena y Maderas del Carmen en Chihuahua y Coahuila, respectivamente. En todo este tiempo, científicos y guardaparques, de la mano de voluntarios, organizaciones civiles, propietarios rurales y comunidades locales en ambos lados de la frontera han conservado diligentemente los espectaculares paisajes, tierras silvestres y hábitats en ambos países, en una de las zonas de mayor diversidad biológica del mundo.

La declaratoria de área protegida federal realizada por el Presidente Felipe Calderón en junio de 2009 para la región de Ocampo, Coahuila vino a completar una pieza clave en esta visión, al conformar un conjunto de áreas protegidas adyacentes en territorio mexicano al Parque Nacional Big Bend en los Estados Unidos. Áreas protegidas adyacentes al Big Bend en los Estados Unidos adicionalmente incluyen: Wild and Scenic River Río Grande, el Parque Estatal “Big Bend Ranch” y el área de manejo de vida silvestre Black Gap, todo esto en el estado de Texas.


“Se espera que el proceso bilateral entre México y los Estados Unidos ponga de manifiesto la gran diversidad biológica de la región, consolide la cooperación ambiental entre los dos países y eventualmente se constituya en un símbolo de la nueva era de la relación entre México y los Estados Unidos en relación a la cooperación bilateral en el área de conservación,” comentó el Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, Juan Rafael Elvira Quesada.


Añadió que “la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y del Interior reconocen en la iniciativa una visión compartida por ambos gobiernos y confían en que pronto podrán desarrollar una propuesta para someterla a la consideración de los Presidentes”.


Fuente: Dirección General de Comunicación Social. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, (SEMARNAT).